Los Suelos Tropicales

Los suelos tropicales se forman principalmente a través de procesos de meteorización in situ, por lo que son suelos residuales. La terminología para los suelos tropicales es confusa y existen muchos esquemas de clasificación, basados en criterios pedológicos, geoquímicos o de ingeniería.

Para que los esquemas de clasificación sean útiles, es necesario que incluyan los efectos de la desintegración debida a la meteorización, la mineralogía (especialmente los minerales de arcilla «inusuales» que son propios de los suelos tropicales), la cementación y la estructura.

Los suelos residuales tropicales son materiales altamente estructurados, tanto a nivel macro como microscópico.

La microestructura se produce por la lixiviación de minerales durante la meteorización, lo que deja una estructura abierta.

Los suelos tropicales también suelen ser suelos cementados debido a la deposición de minerales, ya sea durante o después de la meteorización.

La naturaleza altamente estructurada de los suelos tropicales, combinada con el hecho de que a menudo existen en un estado no saturado, los hace difíciles de trabajar con los principios generalmente aceptados de la mecánica de suelos saturados y sedimentarios.

Los suelos tropicales pueden ser difíciles de tratar como materiales de ingeniería. Aunque a menudo tienen buenas propiedades geomecánicas, algunos suelos tropicales pueden ser problemáticos, mostrando colapsos o movimientos de contracción/hinchazón.

La investigación del terreno en suelos tropicales presenta dificultades debido a su naturaleza heterogénea.

La toma de muestras de suelos tropicales de manera que se mantenga la estructura original puede ser un desafío importante, por lo que es necesario hacer hincapié en métodos de pruebas in situ.


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